lunes, 25 de febrero de 2013

Del Santo Oficio a la Inquisición


Del  Santo Oficio  A  LA INQUISICIÓN
De los Reyes Católicos
UNA INQUISICIÓN EN CASTILLA
Y
Comentarios a la PROGARMATICA DEL REYNO DE ARAGON , dictada por Fernando El Católico

Verdaderamente el Santo Oficio era una instauración de “nuevo orden” conexa a la Inquisición medieval sólo por imprecisos precedentes.
Más libre del control eclesiástico que su predecesora, concibió también su función de forma diferente. En tanto que la Inquisición medieval se había concentrado en combatir las herejías que alteraban el orden público, el Santo Oficio se preocupó de la autenticidad de la propensión más dogmática y, sobre todo, la que se manifestaba en los escritos de teólogos y eclesiásticos descollados de su época.
El edificio de la Inquisición, comenzó a construirse varios siglos anteriores  a la “indefectible conversión de los judíos” de la Península antes del S.XIV.
La Inquisición era casi inédita en la Península hasta la fecha mencionada. En Castilla no había tribunal de la Inquisición y los delitos de la fe se atendían en los territorios jurisdicción de los Obispados. La Inquisición Episcopal, era la que actuaba por medio de los obispos en su diócesis; pero éstos estaban ocupados en otras especulaciones e intereses y le prestaban poca importancia a la herejía. (Según la RAE, Herejía es: “error en materia de fe sostenido con pertinencia”)
 Contrariamente, en Aragón, había un tribunal de la Inquisición Pontificia instituido desde la época de la herejía albigense que se había extendido desde Toulouse (Francia) hasta la fronteriza y vecina Aragón. Domingo de Guzmán, el primer inquisidor, había mandado a principios del siglo XIII a San Raimundo de Peñafort como delegado-mandatario y a instancias de éste, el papa Gregorio IX designó un tribunal de la Inquisición que se ocupó de erradicar la herejía albigense en Aragón luego de largas vicisitudes.
Concretamente en Zaragoza, tuvo representación desde 1484 a 1834, pero remontándonos a época anterior, existió otra Inquisición anterior, como se dijo anteriormente, que fue estructurada por San Raimundo de Peñafort, que fue quien constituyo el “Primer manual de Inquisidores”
Pero para la época que nos interesa, a mediados del siglo XV, también el tribunal de Aragón estaba casi olvidado.
En Castilla fue efectiva la Inquisición tras ser promulgado el edicto de fecha 27 de Septiembre de 1480, en Medina del Campo, (Valladolid)donde se daba razón de dicha creación y se nombraba los primeros “vicarios Inquisidores” a Fray Juan de San Martín y Fray Miguel de Morillo.


Por aquellas fechas, era confesor de la Reina Isabel, Tomas de Torquemada, Prior de los Dominicos y personaje muy influyente en la Corte.
Torquemada escucha las protestas de los “cristianos viejos”, y comenzó su predica sobre la conveniencia de crear UNA INQUISICIÓN EN CASTILLA
En 1478 se produce un acontecimiento religioso anómalo en Sevilla y siendo conocedora la reina, es quien ordena a los embajadores de España en Roma que pidan al Papa la creación de una Inquisición para Castilla y Aragón. El papa Sixto IV expide una bula en noviembre de 1478 que autoriza a los reyes de España a nombrar inquisidores y removerlos a perpetuidad.
           Se crea el tribunal y los primeros inquisidores, Miguel de Morillo y Juan de San Martín, llegan a Sevilla en septiembre de 1480. Sus pesquisas e informadores, les llevan a descubrir una comunidad de criptojudíos (judíos ocultistas) cuyo líder era Diego de Susán. Se instituye la acusación de herejía y luego de un proceso, los principales implicados son condenados a la hoguera en el primer auto de fe en Sevilla el 6 de febrero de 1481, en el quemadero de la Tablada.
            En Aragón, comenzó a actuar con eficacia La Inquisición en 1484, tambien bajo la dirección de T. de Torquemada, del cual dijo un cronista coetáneo suyo, Sebastián de Olmedo: “El martillo de los herejes, la luz de España, el salvador de su País, el honor de su Orden”. Allí tuvo problemas con los fueros y las libertades e incluso con la Inquisición tradicional que actuaba desde 1283. (No así en Castilla) Al año siguiente -1485- Torquemada venció toda resistencia a sus propósitos, en Zaragoza, al producirse el asesinato en la Catedral del Inquisidor Pedro de Arbués.
En realidad, era una forma de CONTROL SOCIAL, pues la NUEVA INQUISICIÓN, era un Tribunal Eclesiástico, por lo que LA CORONA, tenia la facultad exclusiva de proponer los nombramientos de los Inquisidores, y además las “causas” terminaban en España, salvo “rara-avis”, (como fue el caso de Bartolomé Carranza), La Corona pues, tenia gran posibilidad de intervención en sus funciones y finalidades, por lo que venia a convertirse en el UNICO TRIBUNAL, con Jurisdicción  igual y homogénea en los Reinos de los Reyes Católicos.
En resumen el intento de modernizar sus reinos, no es sinónimo forzoso de progreso. Hay aspectos inquietantes en la Inquisición, en el sentido de que se aproxima al totalitarismo, es decir la voluntad del Estado (Corona) de dirigir todas las actividades de los ciudadanos (súbditos) comprendidas sus opiniones filosóficas y religiosas.
Para los reinos peninsulares, se trataba de construir una nación ideológicamente homogénea. Digamos en su descargo y a modo de explicación, que tambien hay que situarse en la mentalidad medieval de los Siglos XIV, XV y XVI., donde lo que privaba era el desmedido poder de la nobleza, clero, la ostentación, la relajación moral y religiosa, condujo de alguna forma a que fuese la Inquisición la que promoviese el control de la conducta humana, la censura y el castigo, a quien se opusiera a sus mandatos, al estado-eclesiástico. Y como transmutar las ideas religiosas que proponen soluciones diferentes, era como decir “o conmigo o contra mi”, pues toda acción  que hagas que violente la integridad social-religiosa como yo la concibo será sancionado (bajo mi propio prisma y antojo) logrando así un control absoluto La Inquisición, fue sinónimo de vigilancia y sospecha continua, hacia la plebe, creando cuantificaciones de conducta muy rígidos y a juicio de los propios Inquisidores, por lo tanto la libertad se veía restringida en un alto grado, y las gentes  eran penadas  a veces  sin ser culpables.
No obstante esa plebe, tambien aplaudía y aceptaba en muchas ocasiones  ese estado de cosas, ( por intereses económicos más que religiosos) baste como anécdota el transcribir aquí los gritos que proferían los toledanos en 1516, cuando al morir Fernando El Católico,  se proclamó Carlos I  (su nieto) Rey de las Españas. ·” ¡¡¡Castilla, Castilla, Castilla, por el príncipe nuestro señor y por la reina, nuestra señora, y viva la Santa Inquisición.¡¡¡¡ “

«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres»
                  Miguel de Cervantes- en su novela “Don Quijote de la Mancha

El Cronicón de Bob