Como expusimos en el anterior BLOG, en este área arqueológica, hay tres zonas catalogadas y bien precisadas: La Ciudad en sí o “Las Quintanas”, la necrópolis que como era habitual en la época estaba algo retirada de la ciudad, y que es conocida como“Las Ruedas” y por ultimo el suburbio o arrabal de los alfareros familiarizado entre los lugareños y arqueólogos por“Carralaceña”.
De las dos primeras hicimos una breve sinopsis, aunque aún quedan varios temas por considerar como son "los cenizales" y que intentaremos añadir alguna descripción más generosa.
Ya explicamos que este rito funerario (Androfagia) consistía en exponer los cuerpos a la intemperie para ser desgarrados por los buitres (vutúridos) siendo estos animales considerados sagrados por los celtas, pues era un gran honor para los guerreros muertos en combate que sus músculos y resto de carne fuese comida por dichos animales, y así sus almas eran transportadas por los buitres al cielo. (ver foto representación en hierro al final articulo).
Dentro de la necrópolis, que abarcaba unas seis Hectáreas de extensión y que se utilizo casi durante 600 años, se practicó el ritual de la cremación e incineración de los cadáveres, que estaban engalanados, según su condición social naturalmente, con adornos, ajuares, o armas propios de su rango y posición dentro de su "status social".
Obviamente estas cremaciones rituales, que reflejaban asimismo creencias funerarias más allá de lo material, dieron lugar a una transformación de las mentalidades y aculturización con la llegada de los romanos y sus costumbres que se fueron adoptando por los Vacceos en su época. Por lo que he podido investigar, exitian dos clases de rituales funerarios bien diferenciados; uno que que se destinaba a los que habían muerto en la guerra, o peleando y otro para los fallecidos por enfermedad, accidente u otras causas.
El escritor romano, que lo hacia en griego, Claudio Eliano, ( S II a S III d.C) apuntaba en su "Historia de los Animales" > Tienen los Vaccesos-pueblo de la meseta- la costumbre de glorificar a sus muertos de muerte violenta y menospreciar a los de muerte natural >. De este detalle se puede considerar que los Vacceos podrían también considerar una cobardía, la muerte de un hombre fuera de la esfera de la guerra. Observando la "Antropología" (Ciencia que trata de los aspectos biológicos y sociales del hombre), podríamos determinar que el varón muerto en combate no necesitaba ser purificado por el fuego, ya que su forma de muerte es tan casta que no es necesario dicho ritual.
Dentro de la necrópolis, que abarcaba unas seis Hectáreas de extensión y que se utilizo casi durante 600 años, se practicó el ritual de la cremación e incineración de los cadáveres, que estaban engalanados, según su condición social naturalmente, con adornos, ajuares, o armas propios de su rango y posición dentro de su "status social".
Zona de Estelas y cenizales de Pintia-Vaccea |
Se exponían al aire libre los fallecidos en combate y se procedía tal como señalábamos anteriormente -por Androfagia- incinerando directamente a los no fallecidos en la lucha. Esto implicaba que la muerte en batalla se consideraba mucho más honrosa.
Llegados a este punto, denotaremos que "Los Cenizales" de la necrópolis de "Las Ruedas", se encuentra a unos 300 Mtrs., y que es conocido en latín como"ustrinum", debe su sobrenombre a la acumulación de cenizas allí existentes. Según nos explicó el Profesor Carlos Sanz, al observar yo que el circulo de piedras donde presumiblemente debían de estar aposentada y simulada la pira funeraria, solo se advertían restos de algunos leños quemados, nos dijo el citado profesor que hacia una semana que algunos seres muy "graciosos" habían prendido fuego a la allí existente, con lo que hasta que no mejorase el clima no la reharían.
Dichas piras eran confeccionadas con troncos de madera, pudiendo ser estas levantadas de pino, sabina, encinas y otro tipo de arboles existentes en la zona en aquella época, lo cual nos han ido dejando pistas muy claras en las manchas carbonosas y cenicientas halladas sobre el terreno.
Ilustración de ritual crematorio |
Foto cartela tumba 28 de un Guerrero de más de 60 años, enterrado con sus armas y ajuares adornado con poema de un poeta oriundo recientemente fallecido |
Nos contaba el Profesor D.Carlos Sanz, que existían tumbas que correspondieron a varones guerreros, ya que en ellas aparecieron, espadas, jabalinas, puñales, lanzas, escudos, etc., mientras que por otro lado las tumbas de las mujeres se encontraron ajuares con adornos tales como, fíbulas, brazaletes de varios estilos, pendientes, collares, broches de cinturones,etc. Otro capitulo diferente seria el de los enterramientos infantiles, que describiré muy concisamente.
En este caso nos extrañó el que en las vitrinas del Centro de Estudios Vacceos de Pintia (Padilla de Duero) existiesen pequeños esqueletos infantiles, por lo que al preguntarle al Profesor por estos despojos, nos explicó que para los neonatos o niños que no les habían salido aún los dientes, existían rituales diferentes en la cultura Vaccea, es decir, si no superaban la edad critica de los 2 años, socialmente no era reconocido, siendo inhumados en el suelo de las propias viviendas.
Esta población en aquel tiempo tenia una tasa de mortalidad altísima, llegando ha alcanzar el 35% en los menores de 1 año y alcanzando en otras etapas de la Edad del Hierro hasta el 60 - 70%, si incrementamos la edad hasta jóvenes de 13 años. En algunos de estos enterramientos y tras su excavación y estudio, se han hallado materiales tales como "canicas" sonajeros" puntas de lanzas, incluso "muñecas", lo que representan actuales juguetes reducidos a su mínima expresión.
Contrapesos Telares con Marcas de Alfarero
Fot Cartela de tumba 4, de varón, entre 50 a 60 años, donde se hallaron
elementos de cerámica- cuencos- puntas de lanza de hierro
En este caso de los enterramientos infantiles, las inhumaciones se hacían en el suelo de las propias viviendas, pues se han encontrado estos enterramientos bajo los suelos de las casas. Entre las otras tumbas descubiertas se han encontrado los huesos cremados del difunto, depositados en urnas cinerarias. Centenares de vasijas cerámicas, unas hechas a mano y otras torneadas, en tornos de alfarero y elementos singulares de cerámica tales como cajitas zoomorfas, canicas, abalorios, placas, lucernas, fusayolas, conjuntos de banquetes, donde incluso se ha detectado con métodos modernos, que habían contenido vino, han sido encontradas en las diversas tumbas ya excavadas en este terreno de la necrópolis que se calcula albergó más de sesenta mil enterramientos.
Opinan los historiadores que las diferentes zonas en las que se dividían las necrópolis, podían corresponder asimismo, a cada una de las clases sociales o linajes que habitaban en las poblaciones o urbes, como distinción de su jerarquización social, en base a la riqueza de los ajuares depositados en determinados enterramientos, como el encontrado en la tumba nº 4 y reflejada en la cartela de la foto arriba situada.
Por ello, es fácil deducir que la creencia en la inmortalidad de estos pueblos, les llevó a trasladar al ámbito de ultratumba, tanto ajuares, alimentos, así como aquellos elementos que formaron parte de su vida y que habían simbolizado el propio"status", ya sea por sexo, condición social o edad. De esta manera, en algunas tumbas se han encontrado una serie de recipientes que acompañaban al difunto y que seguramente formaron parte del banquete funeral ritual entre las gentes de la urbe, y que una vez analizados los restos contenidos en los mismos se han encontrado huellas y vestigios de leche, vino, cerveza, e incluso la presencia de huellas de carnes de vaca, oveja, ciervo, como lo hallado en la Necrópolis de Sigüenza.
Ante tanto uso de materiales de alfarería, cerámica, etc, en territorio Vacceo y con más incidencia entre los finales del siglo V y el cambio de Era, la riqueza EN CERÁMICAS DE LAS GENTES VACCEAS, fueron importantísimas, tanto las de manufacturadas al torno, como las oxigenadas y pintadas con decoraciones y motivos varios. En los periodos señalados, coesixtieron con la producción indígena, las de importación, pues en las vitrinas vimos expuestas algunas piezas de origen griego. Esta claro que las familias de más alta posición, eran las que utilizaban y usaban vasos de origen más exótico: sureste peninsular, meridional, vasos áticos, ibéricos, etc.
El cuenco y el cuenco-taza constituyen el formato de vaso más usual, siguiéndole la olla, con variantes muy especificas para cada uso. En menor cantidad fabricaron recipientes como la pátera baja, aveces con pie apuntado, la botella, el cazo, el jarro colador, así como las tapaderas de saleros, trípodes, etc. Otros productos son los platos y las fuentes. Muchas de ellas fueron decoradas con ornamentaciones incisas a peine por el interior y el exterior de las piezas.
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Juguetes y urnas de Las Ruedas
Opinan los historiadores que las diferentes zonas en las que se dividían las necrópolis, podían corresponder asimismo, a cada una de las clases sociales o linajes que habitaban en las poblaciones o urbes, como distinción de su jerarquización social, en base a la riqueza de los ajuares depositados en determinados enterramientos, como el encontrado en la tumba nº 4 y reflejada en la cartela de la foto arriba situada.
Por ello, es fácil deducir que la creencia en la inmortalidad de estos pueblos, les llevó a trasladar al ámbito de ultratumba, tanto ajuares, alimentos, así como aquellos elementos que formaron parte de su vida y que habían simbolizado el propio"status", ya sea por sexo, condición social o edad. De esta manera, en algunas tumbas se han encontrado una serie de recipientes que acompañaban al difunto y que seguramente formaron parte del banquete funeral ritual entre las gentes de la urbe, y que una vez analizados los restos contenidos en los mismos se han encontrado huellas y vestigios de leche, vino, cerveza, e incluso la presencia de huellas de carnes de vaca, oveja, ciervo, como lo hallado en la Necrópolis de Sigüenza.
Ante tanto uso de materiales de alfarería, cerámica, etc, en territorio Vacceo y con más incidencia entre los finales del siglo V y el cambio de Era, la riqueza EN CERÁMICAS DE LAS GENTES VACCEAS, fueron importantísimas, tanto las de manufacturadas al torno, como las oxigenadas y pintadas con decoraciones y motivos varios. En los periodos señalados, coesixtieron con la producción indígena, las de importación, pues en las vitrinas vimos expuestas algunas piezas de origen griego. Esta claro que las familias de más alta posición, eran las que utilizaban y usaban vasos de origen más exótico: sureste peninsular, meridional, vasos áticos, ibéricos, etc.
El cuenco y el cuenco-taza constituyen el formato de vaso más usual, siguiéndole la olla, con variantes muy especificas para cada uso. En menor cantidad fabricaron recipientes como la pátera baja, aveces con pie apuntado, la botella, el cazo, el jarro colador, así como las tapaderas de saleros, trípodes, etc. Otros productos son los platos y las fuentes. Muchas de ellas fueron decoradas con ornamentaciones incisas a peine por el interior y el exterior de las piezas.
Juguetes y urnas de Las Ruedas
Olla hecha al torno con tierras oxigenadas al gris |
Centrándonos en esta zona de alfareros de Carralaceña, se puede señalar sin miedo a equivocarnos que existieron tres hornos dedicados a la fabricación de recipientes y otros objetos de cerámica para conformar y utilizar en sus vidas cotidianas los Vacceos. Entre dichos hornos es de destacar el conocido como nº 2, primero por su magnifico estado de conservación; de planta en forma circular; que tiene una doble cámara de combustión y un tiro vertical y medidas cercanas a los 4 Mtrs. De la utilización, limpieza y roturas de los objetos cocidos-secados, en los citados hornos se produjeron extensas zonas de vertidos de dichos restos.
Al crecer la población, sus necesidades, y su notable abundancia necesitó de un mayor abastecimiento de material cerámico. La cercanía a los hornos seguramente les hizo discurrir a los pobladores, que ante la posibilidad e algún fuego (como de hecho los hubo) seria mejor mantenerlos alejados a una distancia prudencial del núcleo habitado, dando con ello lugar al barrio de Carralaceña, ocupando este lugar cerca de diez hectáreas, y que a su vez estaba subdividida en varios terrenos o áreas.:1) Área de poblamiento. 2) área de enterramiento para ese hábitat, situado en la parte alta de la terraza de la rivera del río, y 3) la zona intrínsecamente de fabricación de artesanía, situada en la superficie de la terraza inferior del río para de esta manera poder aprovechar sus aguas.
Vasijas y cuencos Vacceos (Mº de Palencia) |
Recreación de parte de las vistas de los Hornos de Alfareros del Barrio de Carralaceña-Pintia Vaccea-
Al igual que en una necrópolis de la antigua ciudad de Tebas, (como en tantas otras de Egipto) han encontrado inscripciones jeroglíficas y objetos de culto y de acompañamiento funerario del viaje del dios Faraón hacia el más allá en su barco dorado por el Nilo, en el Noroeste y a muchos kilómetros de distancia y tal vez coincidiendo en el tiempo, otras también pequeñas-grandes deidades y seres notables, en las inmensidades del cielo Vacceo, cumplieron la doble finalidad como en otras tantas culturas, de acogimiento definitivo en sus necrópolis a sus muertos, pero también albergaron el lugar de culto para los vivos.
Hasta aquí mi pequeña contribución a la Historia de los Vacceós en las orillas del Duero y en sus pobladuras de Valladolid y Palencia, provincias de Castilla y León.
Representación en hierro del rito funerario -Androfagia- |
EL CRONICON DE BOB
Semper Fidelis |